Con el paso de los años, la tecnología nos ha permitido acceder a más información en menos tiempo y ha facilitado muchas de nuestras actividades diarias. Desde hacer compras y realizar trámites hasta el ámbito educativo, donde nos brinda un mundo de información y recursos digitales para el aprendizaje.
En la actualidad, el uso de la tecnología se ha convertido en una nueva tendencia, con nuevas formas y plataformas de interacción entre individuos y múltiples aplicaciones. Sin embargo, su uso excesivo o inadecuado puede tener efectos adversos, especialmente en las primeras etapas de la vida.
Si bien internet y los dispositivos móviles pueden ser beneficiosos en nuestra vida, también pueden convertirse en un problema si no se utilizan de manera adecuada. Por lo tanto, es importante ser consciente y concienciar a los niños y adolescentes sobre el uso adecuado de estos dispositivos y el tiempo que pasan frente a las pantallas, adaptándolo a cada edad.
La clave para un buen uso de las pantallas radica en el equilibrio, el ejemplo coherente y la moderación. También es importante recordar que no se trata solo de la televisión, sino de todos los medios de comunicación, que deben tener límites. A continuación, me gustaría compartir algunas recomendaciones para regular el uso de las pantallas y el contenido de los medios de comunicación en la etapa preescolar y en el ámbito familiar.
Según la Academia Americana de Pediatría (2016), se recomienda un uso ocasional de dispositivos móviles y supervisión de un adulto para niños de hasta 2 años. Para niños de 3 a 5 años, se sugiere un máximo de una hora al día, centrándose en contenido beneficioso para el niño. Para niños mayores y adolescentes, se debe tener precaución y supervisar el uso de las redes sociales.
Es importante mencionar que, debido al ritmo de vida actual, muchos padres optan por proporcionar dispositivos móviles como principal medio de distracción y entretenimiento. A continuación, se mencionan algunas acciones útiles y fáciles de implementar, como conversar sobre el día de cada uno, cantar, colaborar en casa, jugar juntos y muchas otras opciones que pueden resultar un desafío, pero que, si se realizan con frecuencia, se convierten en algo práctico e interesante.
Además de regular el tiempo frente a las pantallas, se deben ofrecer actividades que involucren el movimiento y permitan desarrollar otras habilidades, logrando así un equilibrio entre el uso de dispositivos móviles y la actividad física. Por ejemplo, realizar un viaje familiar, dar una caminata al aire libre, pasear en bicicleta, acampar en familia o visitar amigos son actividades que pueden reemplazar el tiempo frente a las pantallas.
Otro factor importante para educar a los niños en este tema es el ejemplo coherente en el ámbito familiar, estableciendo hábitos y límites claros que regulen el tiempo que se pasa frente a los dispositivos móviles. Los padres son los principales educadores de sus hijos y pueden establecer momentos libres de pantallas para aprovechar el tiempo de calidad en familia, como la hora de la comida, el momento antes de dormir o durante un viaje familiar. Estos momentos se pueden implementar gradualmente con
el compromiso firme de cumplirlos, para que se conviertan en acciones que los niños imiten de manera natural.
También es recomendable establecer horarios para el uso de pantallas, teniendo en cuenta la edad y las necesidades de quienes las utilizan. Al establecer límites saludables y cumplir con los horarios establecidos, se fomenta una mejor comprensión y conciencia sobre el uso de computadoras, teléfonos móviles o televisión en casa. Además, en casa se debe evitar tener varias pantallas en los dormitorios para fomentar el tiempo de calidad en familia, donde se pueda compartir una película adecuada para todas las edades y así evitar los riesgos que esto implica.
Es fundamental tener en cuenta que el uso inadecuado de la tecnología puede hacer que los niños no distingan entre la realidad y la ficción, y todos son vulnerables a los mensajes que reciben, los cuales pueden influir negativamente en su comportamiento, dificultar la comunicación familiar y restar tiempo para el juego, la lectura, el deporte o el paseo. Por lo tanto, es importante regular el tiempo y analizar el contenido que se les proporciona, para que sea eficiente y beneficioso para todos. Además, un uso excesivo de computadoras, televisores y teléfonos móviles puede afectar el descanso y alterar los hábitos de sueño, así como provocar sedentarismo y obesidad. También limita el desarrollo del lenguaje, las habilidades sociales, la imaginación y la creatividad.
Es importante recordar que todo comienza en nosotros. Es necesario detenerse un momento y analizar cuánto tiempo nos quita el uso del celular cada día, para poder empezar a reducir el tiempo frente a las pantallas en nuestra propia vida y en la dinámica familiar. Si bien las pantallas tienen muchos beneficios para la sociedad, abusar de ellas significa permitir que nos roben lo más valioso que tenemos: nuestro tiempo.
Jacqueline Chiroy Mendizabal – Maestra de Inglés – APDE Las Charcas