Mi hijo tiene 12 y quiere tener novia, ¿qué hago?

Compartir:

La curiosidad se encuentra en el ser humano desde que nace, es importante para la adquisición de experiencias y aprendizaje. Un niño empieza a hacer preguntas desde que aprende a formar oraciones simples, porque busca respuestas y espera que se le ayude a entender. Cuando se aprende algo nuevo se activa en el cerebro el área de recompensa, lo que provoca que la motivación intrínseca impulse la curiosidad y esta es clave para el crecimiento personal, el pensamiento crítico y la toma de decisiones, como padres se debe fomentar y apoyar el espíritu creativo de cada niño.

La curiosidad no desaparece nunca y dependiendo las etapas del desarrollo evolutivo puede ser más exacerbada y en algunas situaciones puede ser alentada por la presión de grupo, acelerando los deseos de gratificación y a la vez la toma de decisiones de forma impulsiva. Por ejemplo, cuando sucede en las niñas descubren cierta atracción por el sexo opuesto, que normalmente estará más ocupado en los deportes, videojuegos o con su grupo de amigos y que paulatinamente descubrirá que él también tiene interés por el sexo opuesto y que por curiosidad decide navegar en aguas desconocidas y embarcarse en la aventura de un “noviazgo” olvidándose de construir una verdadera amistad.

Pero ¿está realmente preparado un niño para asumir una relación de noviazgo? Y la respuesta siempre será no, simple y sencillamente porque ese niño o niña aún no tiene la preparación física y emocional para vivir un verdadero noviazgo. Actualmente la sociedad se desarrolla de una forma hipersexualizada en la que los mismos adultos están motivando, fomentando y alentando actitudes propias de los adultos, es decir existe una hipersexualización de la infancia porque únicamente se resalta el aspecto sexual de los niños por medio de la ropa, zapatos, accesorios, bailes, música, entre otros.

Los niños al recibir estímulo externos se saltarán las etapas propias de su desarrollo evolutivo, probablemente abandonaran los juegos propios de la edad, la misma inocencia se perderá y no aprenderán a reconocer una verdadera amistad, imitaran por curiosidad conductas propias de los mayores y pensaran que viven con la otra persona un noviazgo y de una forma equivocada iniciaran una relación que muy pronto terminara porque la atracción que sienten será pasajera y únicamente perdieron una valiosa amistad, pero lo más preocupante es que su formación en la afectividad está siendo desordenada. Los niños deben en la medida de lo posible entender el compromiso de un noviazgo y saber lo que conlleva.

El verdadero noviazgo no es un simple enamoramiento, no son maripositas en el estómago que nos hacen decir y hacer cosas con el fin de agradar al otro, un noviazgo es el fruto de determinadas funciones emotivas y psíquicas de la persona, reconociendo que la otra persona no es un objeto, no es un cuerpo, sino es la persona elegida para compartir éxitos, fracasos, alegrías, tristezas, proyectos, sueños, tiempo, el alma y los afectos. El noviazgo es fruto y expresión de amor que ha surgido pausadamente, como una verdadera amistad y que como resultado de ella se ha descubierto una compatibilidad y que a partir de ese momento se dará la elección de amar a esa persona.

Un noviazgo requiere de confianza recíproca, el uno ante otro se da a conocer, se revela manifestando gustos, aficiones, aspiraciones, todo dejándolo a la prueba más grande de verdad que será el tiempo. El noviazgo es la etapa propicia para hablar, pero no basta con conversar, se debe generar un diálogo sereno, constructivo, auténtico, con una verdadera actitud de escucha y comprensión para poder propiciar una comunicación auténtica que busca superar el Yo y el Tú para provocar un Nosotros acompañados de Dios.

El amor se encuentra íntimamente relacionado con la libertad, no puede existir el uno sin el otro porque la decisión de amar es libre y conlleva el compromiso de la fidelidad, porque solo alguien que es verdaderamente libre puede elegir para siempre y asumir el compromiso más importante de sus vidas, porque el noviazgo es una preparación y un compromiso para el matrimonio que permitirá que esa pareja que se ama se realice en el amor.

Los niños están en un proceso de aprendizaje, no entienden que es el amor y que es el noviazgo porque están iniciando a relacionarse de forma afectiva y están poniendo en práctica los modelos y patrones recibidos desde casa, están imitando el amor de sus padres y están descubriendo experiencias entonces es necesario tomar con seriedad los sentimientos de los niños, no es recomendable burlarse o regañarlos al enterarse que un niño está enamorado o tiene novia, porque ese niño se confundirá y pensará que expresar sus sentimientos es malo, probablemente perderá la confianza en el adulto además de sentir que sus emociones no importantes.

Cuando suceda ese enamoramiento primerizo como padres se debe asumir una actitud muy tranquila, no se debe regañar, rechazar o prohibir. Se debe ejercer una educación en sentido positivo, respetar sus emociones y sentimientos, pero sobre todo la intimidad de su corazón, el niño necesita ser escuchado y como padre debe explicarle que aún es pequeño y que él no logra dimensionar todo lo que conlleva un enamoramiento y un noviazgo. Lo mejor es abordar el tema con naturalidad resaltado la importancia de los sentimientos porque es necesario que el niño desarrolle relaciones emocionales sólidas y de respeto por la otra persona.

Edgar Alfonso Casados Montiel |APDE El Roble |Profesor de Science y Teología en secundaria