¿Estamos comiendo “sano”?

Compartir:

A partir de los 6 meses de vida (o un poco antes), empezamos a consumir alimentos sólidos. Como madre, puedo confirmar que nuestros hijos tienen afinidad por algunos alimentos… aunque tengamos gemelos y les ofrezcamos los mismos alimentos. Es cuando cumplen un año y medio o dos, donde ya deciden qué les gusta y qué no les gusta, la edad puede variar, y como padres de familia tratamos de consentirlos para que “coman algo”, a veces no importa qué porque sentimos que perdimos la batalla … ¿Estaremos haciendo bien?

La nutrición es clave para prevenir enfermedades:

Nutrirnos no es lo mismo que alimentarnos, pero es cierto que influye muchísimo la manera en que nos nutrían o alimentaban nuestros padres. ¡Podemos desaprender a comer alimentos no tan recomendados y volver a aprender a comer alimentos nutritivos! Para que la nutrición nos sirva como prevención, debemos aprender a escoger alimentos que realmente nos aporten nutrientes. Debemos informarnos y conocer un poco de nutrición para que nuestros hijos crezcan más sanos y ayudarlos a que sean adultos saludables.

Me he dado cuenta de que cada día que pasa, compramos menos materia prima para cocinar en casa y compramos más comida lista para comer. ¿Sabían que mientras más ingredientes y mientras más manipulado esté un alimento, es más dañino para la salud? ¿Sabían que, en la etiqueta nutricional de un alimento procesado, los ingredientes van en orden descendiente según peso? Esto quiere decir que, si encontramos azúcar, hermanos del azúcar, sal y grasas en los primeros cinco ingredientes, es un alimento alto en esto.

Yo los invito a que compremos alimentos en su estado natural, frutas y vegetales de colores. Tratemos de comer cinco colores al día, seamos creativos. Planifiquemos nuestros menús e involucremos a nuestros hijos al hacerlo, ¡les encanta!

Claro, ocasionalmente nos podemos dar un “gustito” pero como nutricionista, me pregunto algunas veces al mes: ¿cómo ha estado mi alimentación en los últimos días? ¿He comido fruta diariamente? ¿Y vegetales? ¿Cómo me siento? ¿Será que he bebido suficiente agua? Y lo mismo hago con mis hijos. Siempre podemos mejorar.

Somos lo que comemos:

Recuerden que nosotros somos los responsables de que nuestros hijos estén bien nutridos y no solamente bien alimentados. ¡No se rindan! ¡Lo están haciendo bien!

Lcda. Catherine Muyshondt | Nutricionista | Maestra de Culinary Arts - APDE Entrevalles