Control parental en dispositivos móviles

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Quiero iniciar este artículo contando una pequeña historia personal. Hace unos días, hackearon mi cuenta de Facebook y varias personas empezaron a preguntarme si yo les había escrito o enviado un mensaje. Inmediatamente notifiqué a la aplicación, cambié la contraseña, revisé todas las opciones de seguridad e informé a todos mis amigos y conocidos por la misma vía que no abrieran el mensaje. Ahora analicemos un poco: si cosas como estas nos suceden a nosotros, adultos que investigamos y activamos los perfiles de seguridad en nuestras cuentas, cambiamos periódicamente nuestras contraseñas y tratamos de cuidar los sitios y páginas a los que accedemos, ¿cuánto más les podrá pasar a nuestros hijos? Debemos ser cuidadosos e informarnos sobre temas importantes como el control parental, la huella digital, la ciberseguridad y la ciudadanía digital, entre otros.

Está claro que nuestros niños son nativos digitales, por lo que es evidente que a temprana edad estén expuestos al uso de pantallas. Sin embargo, la OMS propone, basado en el estudio de 277 artículos médicos y 10 estudios en cinco países con casi 7500 participantes, algunas recomendaciones, como evitar exponer a los niños menores de 2 años al uso de cualquier pantalla o dispositivo electrónico.

La crianza respetuosa propone que los niños en esas edades deben aprender sobre la interacción socioemocional con otras personas. Si evaluamos el desarrollo del lenguaje, también se observa que se ve severamente afectado por el exceso de exposición de los niños a dispositivos. Algunos estudios relacionan la exposición temprana y prolongada con el déficit de atención, no solo en niños, sino también en adultos. Por ejemplo, algunas personas cocinan mientras observan su celular o hablan con amigos o familiares mientras ven televisión simultáneamente. Surge la frase "quien intenta poner atención a dos cosas no está poniendo atención a ninguna". De hecho, algunos psicólogos como Clifford Nass, de Stanford, han realizado investigaciones que demuestran que las personas que creen poder ser multitareas obtienen peores resultados en las evaluaciones de las distintas áreas cognitivas. Hacer muchas cosas a la vez simultáneamente es un riesgo para la salud mental.

Debe haber más interacción y diálogo que permita crear vínculos reales con personas reales, además de actividad física para evitar el sedentarismo infantil. Asimismo, se recomienda que en niños de 2 a 5 años, la exposición sea de máximo una hora. Conociendo estas razones, la exposición de nuestros hijos a pantallas a temprana edad debería ser una de las principales pautas de control parental.

Siendo nosotros los proveedores digitales de nuestros hijos, debemos conocer y cuidar el contenido al que los expondremos, evitando la exposición a juegos o plataformas únicamente porque están de moda. Debemos observar qué tipo de valores están aprendiendo, recordando que en las edades tempranas imitarán al personaje de su interés. Debemos considerar qué valores proporciona a nuestra familia esa serie o esos juegos. Recordemos que para tener claro el camino, nos podemos apoyar en nuestro propio proyecto familiar. Debemos evitar tener miedo de que nuestros hijos no tengan acceso a plataformas o redes. Es conoc

ido por muchos que Steve Jobs y Bill Gates criaron a sus hijos sin tecnología. Sus hijos no tuvieron un móvil hasta los 14 años y las personas a cargo del cuidado de sus hijos tampoco tenían acceso. La mayor seguridad digital se aprende al cuidar nuestra integridad en el mundo real, al proteger lo que observamos, lo que escuchamos en cuanto a música se refiere, lo que decimos y cómo tratamos o permitimos que nos traten en el mundo real. Una vez que tenemos estos criterios establecidos, es más fácil explicar a nuestros hijos sobre seguridad digital y ciudadanía digital.

Existen programas que pueden instalarse en nuestros dispositivos para poder cuidar el contenido o las aplicaciones a las que nuestros hijos tendrán acceso, como por ejemplo Qustodio. Este nos permite establecer límites de búsqueda, nos notifica los buscadores que nuestros hijos están utilizando y el contenido de lo que buscan o sus preferencias. También nos permite controlar las ventanas emergentes, que representan un gran peligro para la integridad visual de nuestros hijos, además de establecer los límites de tiempo de uso de los dispositivos. En el informe presentado por la OMS, se nos advierte sobre la importancia de prestar una mayor atención a los contenidos y actividades de las experiencias digitales de los niños, es decir, lo que hacen en línea y por qué, en lugar de limitarse estrictamente a la cantidad de tiempo que pasan frente a la pantalla.

Debemos involucrarnos en el mundo digital de nuestros hijos, crear vínculos de confianza con ellos y acompañarlos en el desarrollo de su huella digital. Como formadores, debemos evitar que todo gire en torno al uso de la tecnología. Hay padres que premian la buena conducta de sus hijos con una hora más de televisión o los reprenden y castigan quitándoles los dispositivos. Es momento de ser más creativos, de no tener miedo de compartir e idear maneras de pasar tiempo con nuestros hijos y familia. Muchas de las búsquedas que ellos realizan son sobre temas que despiertan cierta curiosidad en ellos.

Tener acceso a esas búsquedas nos permite encontrar temas que podemos desarrollar en familia y encontrar alertas sobre situaciones en las que podemos intervenir de manera oportuna. Debemos asegurarnos de que tienen la suficiente madurez para comprender que no deben publicar aspectos de su vida personal que los pongan en riesgo. Recordemos que nosotros somos los adultos a cargo y debemos aprender a lidiar con el enojo, la frustración e incluso la ira de nuestros hijos frente a las restricciones que impongamos en su mundo digital. Debemos crear espacios de diálogo en los que se sientan amados, escuchados y validados, fortaleciendo los vínculos que les permitan comprender nuestro actuar como padres, en ese amor que busca el bien permanente para el ser amado.

Carmen De Morales | Maestra de Español | APDE Las Charcas.