La historia de la fiesta que transformó la Ciudad de Guatemala

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El pasado 15 de agosto, los guatemaltecos celebramos la Feria de Jocotenango en honor a la Virgen de la Asunción, patrona de la Ciudad de Guatemala. Durante la época colonial, era costumbre asignar a cada lugar un patrón, es decir, un intercesor o protector de sus habitantes ante Dios. En nuestro caso, tenemos la dicha de que la abogada de los capitalinos es la Virgen de la Asunción.

Acá te contamos un poco la historia de esta fiesta:

El 15 de agosto de 1950, el Papa Pío XII instituyó la Asunción de María como dogma de fe, el cual consiste en afirmar que, tras cumplir su vida terrenal, fue elevada al cielo en cuerpo y alma. Aunque el dogma fue instituido en el siglo XX, desde los primeros siglos del cristianismo se celebraba este acontecimiento, por lo que en el nuevo continente no podía esperarse algo distinto.

Jocotenango fue uno de los primeros pueblos indígenas establecidos alrededor de la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala. Su nombre completo era Nuestra Señora de la Asunción Jocotenango. El término "Jocotenango" puede hacer alusión a "lugar de los jocotes". Este pueblo abastecía a nuestra antigua capital de diversos productos agrícolas, manteca y mano de obra para la albañilería. Se estima que la Feria de Jocotenango, en honor a la Virgen de la Asunción, comenzó a celebrarse en este poblado alrededor del siglo XVII, aunque las fuentes difieren al respecto.

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Tras los terremotos de Santa Marta en 1773, la capital y los pueblos indígenas aledaños se trasladaron al Valle de la Ermita o de la Virgen. Jocotenango se ubicó donde actualmente se encuentra la zona 2. Debido al crecimiento poblacional y a otros factores de índole económico, fue absorbido por la ciudad y se convirtió en cantón en 1879, durante el gobierno de Justo Rufino Barrios. A partir de entonces, se construyó el Hipódromo del Norte y la actual Avenida Simeón Cañas, que se volvió uno de los principales paseos de la ciudad. Así fue como la feria del antiguo pueblo indígena se convirtió en una celebración para todos los capitalinos, y en 1928, durante el gobierno de Lázaro Chacón, fue nacionalizada.

Es importante mencionar que varias fuentes indican que la primera feria en honor a la Virgen de la Asunción se celebró en 1550 en Chinautla, donde en la parroquia se encontraba una imagen de esta advocación. Posteriormente, tras el cuarto traslado de la ciudad, la imagen fue llevada a una iglesia que actualmente se ubica en el centro histórico de la capital. Se menciona que de la fusión de ambas celebraciones surge la feria que conocemos en la actualidad.

La feria ha ido cambiando con el pasar de los años; sin embargo, siempre guarda el colorido y algarabía propios de toda fiesta. No faltan los elotes locos, las tostadas y garnachas, los juegos mecánicos y la música. Pero es importante no olvidar su verdadero significado: celebrar a la Virgen de la Asunción, patrona de los citadinos.

Isabel Sipaque Madrid| Docente de Ciencias Sociales |APDE Entrevalles

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