Durante la última década los videojuegos han crecido en popularidad y protagonismo en la niñez y sobre todo en la juventud. Este crecimiento exponencial, impulsado en su mayoría por el mercadeo de la industria del entretenimiento ha tenido como propósito el consumo masivo y constante de videojuegos y consolas para uso de un público objetivo muy específico; los niños y jóvenes en edad escolar.
Ante esta situación surgen diversas preguntas sobre su uso; siendo la más común, ¿es bueno que mi hijo pase mucho tiempo jugando? Para responder esta y otras interrogantes comenzaremos hablando generalidades del desarrollo infantil.
El cerebro humano, es un motor de adquisición de nuevo conocimiento constante, como tal toda actividad realizada por los niños y jóvenes es considerada como un “tipo de aprendizaje” la diferencia está en si es considerado, momentáneo o significativo, o bien real o ficticio.
Por otro lado, la inteligencia, considerada una habilidad cognitiva superior, se puede fomentar y estimular en diversos ambientes; siempre deberá tenerse en cuenta que toda actividad presencial es mejor y más efectiva; recordemos que a causa de la pandemia la virtualidad ha crecido en popularidad y uso; dando acceso a realizar diversas actividades por este medio; es en este punto en el cual los videojuegos tienen su mayor auge. El término “ambientes virtuales” se ha vuelto tan cotidiano ya que, desde recibir una clase, tener una reunión o conectarse para jugar ha pasado de ser algo novedoso o ser algo normal principalmente en las personas más jóvenes. El uso de un dispositivo electrónico actualmente es diario; y las consolas no están alejadas de esto; mucho niños las usan entre dos a cuatro o hasta cinco veces a la semana, en promedio de media hora a dos horas.
Tomando en cuenta este promedio de uso; se puede determinar que su uso se ha vuelto cotidiano; sin embargo, se debe considerar que no es lo mismo un videojuego de estrategia mental a uno que promueve únicamente el entretenimiento. El cerebro de igual manera se verá estimulado no solo por el contenido, sino también por los gráficos, colores, sonidos e interacciones que se puedan tener. Es importante recordar que el éxito de un videojuego es el impacto del contenido y la llamada interfaz de usuario la cual resulta atractiva para los usuarios. Por ello crea una necesidad que se traduce en un gusto por usarla.
El ambiente o entorno en el cual se desenvuelven los niños son primordiales para fomentar no solo la inteligencia sino las habilidades cognitivas en general y las habilidades sociales; una herramienta muy importante es el juego; en su esencia pura; como medio lúdico de convivencia y aprendizaje, en el cual se pueda compartir de manera presencial; jugando con otros niños y así crear experiencias educativas. El juego por lo tanto es una de las estrategias de aprendizaje más efectivas; este es un conocimiento que los creadores de videojuegos conocen y utilizan; a mayor estímulo al cerebro más fijación por utilizarlo.
Debido a esto el ámbito educativo ha tenido avances importantes en la incorporación de programas y plataformas digitales utilizando en ocasiones interfaces de usuario similares o incluso versiones educativas de videojuegos populares; esto con el propósito de poder crear un ambiente de juego con fines pedagógicos y de esta manera fomentar la inteligencia. Sin embargo, se debe considerar que no por ser un videojuego o plataforma educativa se debe dejar sin supervisión; en cualquier caso es altamente recomendable no exceder en su uso; un máximo de tres horas semanales distribuidas en lapsos de 30 a 40 minutos será lo recomendable
Tomando en consideración lo desarrollado anteriormente los videojuegos con características específicas como estrategia cognitiva, simulación de entornos reales, creación o distribución de lugares o entornos; usados de manera gradual y controlada favorecen procesos cognitivos de los niños y jóvenes creando nuevas redes neuronales y favoreciendo el desarrollo del sentido crítico.
Por otro lado, los videojuegos con una alta carga de gráficos, colores excesivos, y contenido violento o alejado de la realidad, provocará lo que se conoce como una conducta adictiva y procrastinación en el cual el fomento de la inteligencia es muy bajo y predomina el ocio desmedido el estímulo de conductas disruptivas impactando la emoción a nivel cerebral de manera adversa.
Como padres de familia y profesores se debe estar al pendiente de los videojuegos y plataformas que utilizan los niños y jóvenes; la mejor manera será involucrándose, preguntando, e incluso porque no sentándose junto a ellos al momento que lo utilizan; seguramente a un papá a una mamá y a un profesor le bastarán unos minutos para darse cuenta si el contenido es el adecuado o no conforme a la formación en virtudes humanas.
El videojuego adecuado puede brindar habilidades memorísticas, de discriminación visual y auditiva, fomento de habilidades espaciales; pero este siempre se verá limitado a una pantalla, por tanto juego lúdico y constructivo; el deporte y la sana convivencia del niño y joven con sus iguales; será la mejor manera de fomentar y estimular su inteligencia cognitiva y social brindando experiencias de aprendizaje vivenciales que le servirán a lo largo de su vida escolar brindándole hábitos operativos y virtudes humanas.
Mario Estuardo De León Estrada | Psicopedagogo | APDE El Roble