Cuando se tiene un solo hijo, el enfoque de los padres para educar cambia y puede haber una tendencia a sobreproteger, prestar demasiada atención y controlar todo lo que hace el niño, llegando incluso a hacer que se sienta vigilado o limitado en su libertad.
La forma de educar de manera positiva y generar cambios en el hijo debe estar en línea con lo que el niño vive y enfrenta. Es importante tener en cuenta que más del 50% del modelado de conducta de un hijo único proviene de los padres, y gran parte del tiempo lo pasará interactuando con adultos, aunque el modelado social se dará principalmente con sus pares, como sus primos.
Entonces, ¿cómo educar a los hijos únicos?
Es fundamental que los padres se informen sobre las características de los niños en las diferentes etapas de desarrollo, para poder distinguir entre lo que es cotidiano y lo que es peculiar. Deben conocer los períodos sensitivos de cada edad, las oportunidades y lo que se puede esperar en términos de manejo de emociones y comportamiento.
Cada hijo representa un desafío diferente, y el primer paso es conocerlo, lo cual les permitirá identificar sus fortalezas y oportunidades de mejora. Ser hijo único no define su personalidad o forma de actuar, ni determina su éxito o felicidad. Lo importante es tener en claro que la educación es responsable de aproximadamente el 50% de lo predecible en su desarrollo.
Los hijos únicos viven en un espacio y zona de confort más extendidos, ya que no tienen que compartir. Por lo tanto, esto siempre será una oportunidad de aprendizaje, especialmente en su entorno social. Es importante ayudarles a no centrarse únicamente en sí mismos, fomentando los valores de solidaridad y generosidad. Esto les dará un sentido de autorrealización y conexión con los demás.
Es crucial evitar que su mundo personal e interno se intensifique o se convierta en la prioridad del día a día. Los hijos únicos necesitan la oportunidad de observar cómo viven y se comportan otros niños, especialmente aquellos de su misma edad.
Aquí hay algunos consejos prácticos:
1. Establecer una red adecuada de relaciones sociales que incluya familias con hijos de diferentes edades y con diferentes personalidades, para que puedan servir como ejemplos para su hijo.
2. Fomentar siempre la gratitud y generosidad, enseñándole a pensar en dar a los demás y agradecer cuando recibe algo de los demás.
3. Fomentar el servicio, ya que esto ayudará a desarrollar su sentido de pertenencia.
4. Hablar con su hijo como un niño y evitar tratarlo como si fuera un adulto.
5. Fomentar la adaptabilidad y evitar la rigidez, promoviendo un ambiente y una comunicación abierta tanto en su entorno escolar como social.
Lic. Clara de Rodríguez | APDE, El Roble