El juego es esencial en el proceso del crecimiento madurativo en los niños, promueve relaciones positivas, estables y enriquecedoras que lo escudan contra el estrés. Además, produce la capacidad de adaptación de las emociones ante la sociedad, favorece el lenguaje, las destrezas matemáticas, enriquece el desarrollo personal y contribuye a la buena salud.
Los juguetes ayudan a favorecer el desarrollo de distintas habilidades, pero no son cruciales. Un juguete puede dejar huellas desde temprana edad que sirve de lecciones para toda la vida, es por ello que debemos saber elegirlos.
Es de suma importancia propiciar desde muy pequeños, momentos donde se establezcan horarios durante el día, donde se incluyan actividades de lectura con temas de su interés, ya que les brinda curiosidad y obtendrán beneficios por descubrir y relacionarse con el mundo que se encuentra a su alrededor.
Lo primero que debemos tomar en cuenta al momento de brindar un juguete es que debe ser acorde a su edad, destrezas y que contribuyan a engrandecer su creatividad y capacidades cognitivas. No es necesario que tengan un alto valor, pueden ser elaborados en casa con materiales biodegradables o de reciclaje. Los elementos más simples generan alegría, interacción y creatividad.
Estos son algunos puntos que pueden ayudarnos en la mejor selección al momento de adquirir un juguete:
- Darle prioridad al deporte, donde predominen actividades físicas: saltar sobre diferentes obstáculos, carreras, caminar, escalar, lanzar, rebotar y patear pelotas. Practicar un deporte.
- Buscar juguetes que ayuden al niño en su creatividad y que le permita utilizar su imaginación: legos, plastilina, pintura libre con manos, pies y con diferentes instrumentos.
- Propiciar juegos en familia al aire libre, juegos de mesa, de interacción donde se hagan partícipes cada uno de los miembros de la familia: soplar y atrapar burbujas, gallinita ciega, jugar a las escondidas, lotería, mímica, memoria.
- Escoger los juguetes pensando en que sea de sumo interés para el niño y pueda utilizarlos por un tiempo prolongado: juegos para apilar y encajar, rompecabezas, torres con cubos.
- No permitir que el consumismo nos conduzca a llenar al niño de juguetes, siempre que elijamos un juguete preguntarnos si favorece o no en el desarrollo y habilidades del niño y si son aptos para su edad. Por ejemplo: los bloques para construcción ayudan en la atención y concentración, pueden utilizarse desde sus primeros años de vida.
- Disminuir el tiempo ante los dispositivos tecnológicos: teléfonos móviles, tabletas, televisor y videojuegos.
- Realizar juegos simbólicos: jugar a realizar casas con sábanas y sillas, disfrazarse, realizar títeres con calcetines y dramatizar imitando diferentes voces.
Lissbeth María Díaz Miranda de García | APDE Las Charcas | Profesorado en Necesidades Educativas Especiales.