La música es uno de los mejores medios para desarrollar las emociones y sensaciones desde la infancia. A través de ella se logra que los niños tengan mejor concentración. Es además, un estímulo que abre paso a la creatividad y proyecta la imaginación a través de los diferentes sentidos; principalmente el oído y el tacto.
Empezar a tocar un instrumento musical es una aventura, desde la idea hasta la elección. Sin embargo, la perseverancia en el mismo depende de factores como el crecimiento, la edad, las características físicas y el entorno.
Para escoger adecuadamente debemos conocer las cualidades de nuestros hijos, identificar qué tipo de música capta su atención, observar hacia donde apuntan sus intereses y sobre todo hablarlo con ellos.
También es importante tomar en cuenta las características físicas, ya que estas nos darán a conocer qué tipo de instrumento musical se adapta a ellos. Será un reto encontrar el más adecuado según su estatura, peso, largo de sus manos y su edad.
Otro aspecto a considerar es el carácter pues este dicta muchas veces si el instrumento musical debe ser de viento metal por la fuerza y dominio que supone, o bien melódico, por la paciencia y delicadeza que requiere.
La mejor opción será conocer la diversidad de instrumentos musicales que existen y asesorarse para descubrir lo que a nuestros hijos les atrae, pues la buena elección evitará frustraciones y el posible abandono de esta práctica tan maravillosa.
Carmen Jesús Enríquez Pérez | Profesora de enseñanza media en educación musical | APDE Las Charcas