Entre las preocupaciones de cualquier joven bachiller, suele encontrarse el tema de la elección de carrera. Vale la pena que los jóvenes comiencen a pensar seriamente en su carrera universitaria desde el penúltimo año de colegio. La orientación vocacional debería estar enfocada no solo en la elección de la carrera universitaria que se va a seguir, sino también en el desarrollo de las competencias y habilidades necesarias para iniciar adecuadamente los estudios universitarios. Por eso, la elección de carrera se enmarca en un proceso que puede iniciarse en el penúltimo año escolar para aprovechar el trabajo del bachillerato y enfocarlo en esa línea. Es clave que en las familias de los jóvenes que se encuentran en los dos últimos años escolares se aborde este tema, ya que se acerca el final de la etapa escolar y se inicia una nueva fase de formación profesional. A continuación, presento cinco consejos prácticos para la elección de la carrera universitaria.
1. Tomar conciencia de la importancia de la carrera profesional
Quizás el primer paso que se debe dar para ayudar a una persona que está comenzando el proceso de elección de carrera es ayudarla a ser consciente de lo que la carrera significa en su vida. En el futuro, la carrera le brindará al joven oportunidades de servir a la sociedad y mantener a su familia. Gran parte de una vida de servicio se realiza a través del trabajo profesional. Las personas pasan una cantidad significativa de tiempo trabajando en su vida, por lo que es conveniente que la carrera profesional sea algo que los satisfaga y les guste. En ese camino profesional, se autorrealizarán como personas. Si bien la felicidad no depende únicamente del trabajo profesional, este tiene un peso considerable. Además, la carrera universitaria marca y orienta, aunque no determine, el inicio del recorrido profesional. Por eso, es conveniente comenzar la universidad con la idea de uno o varios posibles proyectos de desarrollo profesional. Algo que no se debe perder de vista es que, independientemente de la elección, la carrera universitaria es en sí misma una ganancia. No solo por los conocimientos académicos, sino también por la formación del pensamiento y el compromiso que exige, aspectos que influyen en el carácter. El proceso de orientación vocacional no debe limitarse a la elección de la carrera, sino también a la adquisición de las competencias necesarias para ser admitido en las universidades.
2. Realizar una prueba de intereses
Para continuar el proceso de elección de carrera, es importante centrarse en los intereses. La prueba de intereses, o prueba de aptitudes, es una herramienta que permite al joven identificar sus propios intereses a nivel vocacional a través de una autoevaluación. Los resultados de una prueba de intereses muestran los intereses de una persona más allá del nivel superficial. Concretamente, una prueba de intereses proporciona un listado de intereses personales basados en las respuestas del interesado a preguntas sobre sus habilidades, actividades favoritas, preferencias y gustos. Las pruebas de interés ofrecen mucha información útil al joven al considerar opciones de carrera. Las habilidades, destrezas, preferencias de entornos de trabajo y el modo de relacionarse con los demás son indicadores que contribuyen a interesarse por
campos profesionales específicos. De este modo, se encamina el proceso de elección de carrera hacia intereses concretos. En cualquier caso, es imprescindible confrontar los resultados de las pruebas de interés con otras personas para asegurarse de que la información sea precisa. Existe una amplia variedad de pruebas de interés, algunas más centradas en la personalidad y otras más centradas en el modo de trabajo. Es posible acceder gratuitamente a algunas de ellas en Internet.
3. Fomentar el autoconocimiento
En el proceso de orientación vocacional, el autoconocimiento es clave. El joven debe conocer su carácter, con sus puntos fuertes y débiles, para estar en condiciones de elegir una carrera universitaria. Una práctica que favorece el autoconocimiento es la meditación o el mindfulness: dedicar tiempo cada semana a la reflexión, la exploración y la lectura sobre sus intereses personales. Esto le permitirá encontrar una carrera que se adapte a sus puntos fuertes. Si el joven dedica tiempo a la reflexión sobre sus intereses a nivel vocacional desde el primer año de bachillerato, es más probable que al inicio del último año ya haya decidido por una carrera. En ese caso, podrá dedicarse con más tranquilidad a elegir en qué universidad ingresar y cumplir con los requisitos de solicitud.
4. Profundizar en la comprensión de las carreras
Como resultado de la reflexión y el autoconocimiento, el joven podrá pensar en una lista de las carreras que más le interesan. Ahora se trata de que el interesado comprenda mejor en qué consiste cada una de esas carreras. Es muy oportuno que se hable en familia sobre la posibilidad de seguir una u otra carrera. Los padres pueden brindar información interesante al joven, ya sea sobre las carreras en las que se ha interesado, ya sea sobre su propia personalidad, pues son las personas que mejor lo conocen. A través del autoconocimiento y la comprensión de las carreras universitarias, el joven podrá ver qué carrera se ajusta mejor a su personalidad. A partir de esa lista, el joven puede profundizar en cada carrera: el plan de estudios, las habilidades necesarias, cómo es el ambiente laboral en un campo profesional específico, cómo es el estilo de vida de distintos profesionales, la viabilidad económica de seguir una carrera determinada, etc. Es interesante que el joven se proyecte en el futuro, ya que es conveniente comenzar la universidad con una idea de uno o varios posibles proyectos de desarrollo profesional.
5. Buscar experiencias profesionales
Otra práctica beneficiosa para la elección de carrera es la pasantía. Se trata de que el joven pase un tiempo en un entorno laboral junto a un profesional para experimentar ese campo. De este modo, se adquiere experiencia directa del día a día de esa profesión. Además, la pasantía es una gran oportunidad para conversar con un profesional sobre su experiencia en la carrera. La pasantía puede ser clave para discernir en el caso de tener un interés muy fuerte por dos carreras distintas. En esta práctica se obtiene experiencia de primera mano en un campo profesional y, de este modo, se puede evaluar en parte la propia idoneidad para la carrera. Un buen momento para obtener experiencia mediante pasantías es durante las vacaciones. En ese período se dispone de mucho tiempo libre que se puede invertir en un trabajo, unas prácticas o simplemente acompañando a un profesional en sus labores.
Encontrar la carrera universitaria adecuada no es una tarea sencilla. Requiere un período de discernimiento en los últimos años del bachillerato, en el cual los jóvenes evalúen su idoneidad para ciertas carreras y luego elijan una. Basándose en el autoconocimiento y la comprensión de las carreras, los jóvenes deben buscar una carrera que sea compatible con su personalidad e intereses. Aunque la elección de carrera es una decisión personal, es importante considerar la ayuda que puedan recibir de otras personas. Por eso, es relevante tener en cuenta los resultados de una prueba de intereses, la experiencia compartida con un profesional y lo que otras personas, especialmente los padres, puedan decirles sobre su personalidad.
Rodrigo Molina | Orientador universitario | APDE Solalto
Fuente: APDE - Programa Beyond success (ed. Orlando Monterrosso)